Por encima de la seguridad, la conectividad y la comodidad, el ahorro económico se consolida como el aspecto más valorado de la domótica en la actualidad. Las razones son evidentes: se disminuye el consumo energético y se reduce el impacto medioambiental.
La domótica y el ahorro económico son conceptos inseparables en estos momentos. Si hace tres décadas, el principal reclamo para la domótica era la seguridad que proporcionaba al usuario, ahora su mayor contribución se vincula con la disminución del consumo energético, lo que redunda en beneficio del planeta.
En cualquier edificio puede instalar un sistema domótico, instalación realizada en viviendas, o inmótico, instalación ejecutada a un edificio de uso terciario. La complejidad del mismo dependerá de las necesidades y requerimientos del propio proyecto, pues no existen dos inmuebles iguales. Es recomendable que te dirijas a profesionales acreditados.
La domótica y la eficiencia energética en la edificación se aprecian en las siguientes actuaciones: control de la iluminación, gestión inteligente de la climatización, correcta puesta en marcha de los electrodomésticos o equipos eléctricos, y monitorización del consumo energético en el edificio.
Control de la iluminación. Implantación de dispositivos que adaptan el nivel de iluminación a situaciones o escenas concretas, como la disponibilidad de la luz natural, el área de la estanca o la presencia de personas. Estos sistemas se activan automáticamente en virtud de las necesidades mencionadas y promueven el funcionamiento de otros elementos relacionados con las mismas, como los toldos, las persianas y las cortinas.
Gestión inteligente de la climatización. La domótica / inmótica nos permite sacar el máximo partido a la climatización, de manera que se avance en la disminución del consumo energético y en la reducción del impacto medioambiental. Esto se consigue con un control de la calefacción o del equipo de climatización, ajustado a variables como la presencia de personas, la temperatura exterior, la apertura de ventanas, o el aprovechamiento de la luz solar (activación y/o desactivación automática de toldos, persianas y cortinas).
Recuerda que un grado más o menos de lo necesario en la calefacción o del de climatización, supone un incremento de entre el 8% y el 10% del consumo energético.
Correcta puesta en marcha de los equipos eléctricos. El binomio domótica y eficiencia energética también se aplica a los equipos eléctricos, pues si bien estos no gastan tanta energía como los aparatos climatizadores, sí se puede adaptar su funcionamiento a los horarios en los que el precio de la electricidad es menor, logrando notables ahorros de combustible. Los sistemas domóticos / inmóticos intervienen igualmente en la gestión del consumo “en espera” de los equipos eléctricos.
Monitorización del consumo energético en el edificio. Un sistema domótico / inmótico genera informes y estadísticas del consumo energético del edificio, a través de los cuales podemos analizar los excesos producidos y las causas de los mismos. Estas valoraciones nos servirán para corregir comportamientos y seguir pautas sostenibles y ecológicas.
La domótica y el ahorro económico son conceptos inseparables en estos momentos. Si hace tres décadas, el principal reclamo para la domótica era la seguridad que proporcionaba al usuario, ahora su mayor contribución se vincula con la disminución del consumo energético, lo que redunda en beneficio del planeta.
En cualquier edificio puede instalar un sistema domótico, instalación realizada en viviendas, o inmótico, instalación ejecutada a un edificio de uso terciario. La complejidad del mismo dependerá de las necesidades y requerimientos del propio proyecto, pues no existen dos inmuebles iguales. Es recomendable que te dirijas a profesionales acreditados.
La domótica y la eficiencia energética en la edificación se aprecian en las siguientes actuaciones: control de la iluminación, gestión inteligente de la climatización, correcta puesta en marcha de los electrodomésticos o equipos eléctricos, y monitorización del consumo energético en el edificio.
Control de la iluminación. Implantación de dispositivos que adaptan el nivel de iluminación a situaciones o escenas concretas, como la disponibilidad de la luz natural, el área de la estanca o la presencia de personas. Estos sistemas se activan automáticamente en virtud de las necesidades mencionadas y promueven el funcionamiento de otros elementos relacionados con las mismas, como los toldos, las persianas y las cortinas.
Gestión inteligente de la climatización. La domótica / inmótica nos permite sacar el máximo partido a la climatización, de manera que se avance en la disminución del consumo energético y en la reducción del impacto medioambiental. Esto se consigue con un control de la calefacción o del equipo de climatización, ajustado a variables como la presencia de personas, la temperatura exterior, la apertura de ventanas, o el aprovechamiento de la luz solar (activación y/o desactivación automática de toldos, persianas y cortinas).
Recuerda que un grado más o menos de lo necesario en la calefacción o del de climatización, supone un incremento de entre el 8% y el 10% del consumo energético.
Correcta puesta en marcha de los equipos eléctricos. El binomio domótica y eficiencia energética también se aplica a los equipos eléctricos, pues si bien estos no gastan tanta energía como los aparatos climatizadores, sí se puede adaptar su funcionamiento a los horarios en los que el precio de la electricidad es menor, logrando notables ahorros de combustible. Los sistemas domóticos / inmóticos intervienen igualmente en la gestión del consumo “en espera” de los equipos eléctricos.
Monitorización del consumo energético en el edificio. Un sistema domótico / inmótico genera informes y estadísticas del consumo energético del edificio, a través de los cuales podemos analizar los excesos producidos y las causas de los mismos. Estas valoraciones nos servirán para corregir comportamientos y seguir pautas sostenibles y ecológicas.
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